Fragmentos do nosso passado
Rancho folclórico de Castelo de Vide
Del 3 de octubre al 3 de noviembre
El Rancho Folclórico de Nossa Senhora da Alegria de Castelo de Vide viene trabajando, desde 1966, en la recuperación y reproducción de danzas, cantares, trajes y actividades tradicionales de la región del Alto Alentejo, en que se ubica esta bella población portuguesa.
Desde su creación, el grupo ha venido participando en Festivales de Folklore por todo el país y también fuera de Portugal, contando en la actualidad con 80 componentes que se distribuyen en un grupo adulto y otro infantil y juvenil.
De los instrumentos musicales que utilizan destaca la ronca, equivalente a la zambomba extremeña, hecha con un recipiente de barro cuya boca se tapa con una pieza de piel por la que se hace pasar una varilla; este instrumento era utilizado especialmente en la época navideña.
Desde hace muchos años organizan el Festival de Folklore que se celebra como parte de las Fiestas de Santa María en Agosto, habiendo alcanzado la edición número 54 en el presente año.
Desde la primavera de 2018, así mismo, la Câmara Municipal de Castelo de Vide aprovechó el edificio del antiguo horno comunitario, ubicado en el centro de la villa, para acoger una exposición permanente del patrimonio cultural reunido por el Rancho Folclórico, dedicada a la etnografía castelovidense. En ella, se recrea el ambiente de una cocina regional de finales del siglo XIX, así como otras salas en que se muestran los diferentes oficios de la época y la forma de vestir tradicional relacionada con ellos, tanto la indumentaria cotidiana como la reservada para las fiestas y romerías que se celebraban en torno a las 33 iglesias de culto católico que la villa conserva. Desde el arte pastoril a las curiosas sayas femeninas que se recogían como pantalones para facilitar el movimiento en la siega y en la recogida de la aceituna, pasando por los usos relacionados con el matrimonio y el luto, las piezas auténticas reunidas por el Rancho Folclórico se muestran de forma permanente en esta sede y una selección de ellas se presenta ahora en el Museo de Cáceres, siendo la primera vez que cruzan la frontera española.
Taller de pintura
de la Asociación ASPAINCA
Del 18 de junio al 14 de julio
Como es tradicional en el Museo de Cáceres, el mes de Junio está dedicado a la colaboración con entidades que, como la Asociación ASPAINCA, trabajan por la integración de las personas discapacitadas y la normalización de sus vidas y las de sus propias familias.
Entre las actividades que, desde 1987, viene desarrollando la asociación, se encuentra el taller de pintura, en que los jóvenes adquieren una formación artística y utilizan al mismo tiempo el arte como terapia y elemento integrador; en esta ocasión, el Museo abre sus puertas, como viene haciendo desde 2001, a los creadores de ASPAINCA, que un año más nos obsequian con sus obras de arte, llenas de fuerza, luz y color, con la seguridad de que todos los visitantes sabrán valorar el esfuerzo y el mérito del trabajo que profesores y alumnos desarrollan en este centro.
«Interpretando a Murillo»
Fotografías de Antonio J. Pérez Toranzo
Del 15 de marzo al 29 de abril
2018 "Año de Murillo"
En la localidad de Alcántara comienza en el Instituto «San Pedro de Alcántara» un proyecto abierto a toda la comunidad educativa, participando desde niños hasta mayores y donde interpretan obras de Murillo para fomentar el arte y difundir el trabajo de este gran pintor del Barroco en el IV Centenario de su nacimiento.
Desde el departamento de Dibujo el profesor Antonio Jesús Pérez Toranzo, Licenciado en Bellas Artes y Profesor de Fotografía, realiza 18 trabajos a lo largo de dos cursos académicos involucrando a una buena parte del propio Instituto y por lo tanto a familias e instituciones de los pueblos adscritos al propio centro educativo.
El resultado son obras fotográficas, en las que, tras una minuciosa labor de investigación sobre el pintor sevillano, el alumnado de 4º ESO de Educación Plástica comienza a desarrollar un proyecto donde se presenta al artista, con carteles donde se recoge su biografía, las exposiciones en torno a él que tienen lugar en Sevilla, el cartel «Así se hizo» traducido a dos idiomas por alumnado del centro y una labor donde se desgrana cada cuadro para poder representarlo después con la mayor semejanza posible. Se tienen en cuenta todas las características de cada cuadro, desde los ropajes y atrezo hasta el fondo de la obra, telas, colores, texturas, gestos, miradas y expresiones de los rostros que aparecen en los cuadros, todo es parte del trabajo. Un casting para encontrar a modelos con cierto parecido a los personajes originales y un postprocesado para terminar dando un aspecto pictórico a las fotos son las aspectos que le dan una calidad final al proyecto que aparece acompañado en la exposición por tiras de imágenes donde se recoge parte del proceso.
El proyecto termina con la divulgación del trabajo por varias localidades de la geografía española, siendo el mayor estímulo para todo el alumnado involucrado ver como el esfuerzo y el trabajo tiene recompensa, gracias a un resultado final, la exposición, que es valorado socialmente.
Inauguración:
Viernes, 15 de marzo, a las 20,30 horas
Horario de visita de la exposición:
De Martes a Viernes, de 9,30 a 14,30 y de 16,00 a 20,00 horas
Sábados, de 10,00 a 14,30 y de 16,00 a 20,00 horas
Domingos, de 10,0 a 15,00 horas. Lunes cerrado.
«Transvisible»
Lourdes Germain
Del 18 de enero al 31 de marzo
Transvisible es un proyecto de carácter experimental donde Lourdes Germain explora múltiples modos de concebir e interpretar lo visible. Las vías de representación surgidas en el contexto de las nuevas tecnologías permiten a la artista investigar un área de posibilidades estéticas donde los fenómenos, al margen de las nociones de realidad y de verdad, son susceptibles de modificar la experiencia. En esta serie, diferentes dibujos generados analógicamente sobre papel son sometidos, a través de códigos informáticos, a procesos de desmaterialización que alteran su sintaxis preexistente. En ellos, tanto la intuición de la artista como el cálculo lógico-matemático de la máquina deciden sobre la aparición o desaparición de las formas. Desde el devenir puro de la materia hasta la diversidad de tránsitos hacia lo inmaterial, Transvisible nos permite asistir a las paradojas y contrastes de un post-minimalismo tecnológico, donde los desplazamientos de lo sensible inauguran un lenguaje cercano el grado cero de la percepción.
En las obras que componen Transvisible las imágenes alcanzan un extremo aligeramiento. Como nuevas presencias, logran manifestar una transparencia inédita a partir de un adelgazamiento máximo de la línea. Modificadas tecnológicamente, las líneas pasan a ser acontecimientos infra-leves, límites de minimización y fragilidad visual. Repensadas en zonas virtuales, comunican la solidez del volúmen con su disolución, enlazando lo existente a un comienzo liberador de invisibilidad. El resultado de los desarrollos de lo líneal, plasmado en medios que van desde el videoarte (imagen-movimiento) a novedosos soportes de impresión, varía desde un magma ordenado y fractal hasta un singular “caosmos” biológico sin unidad ni totalidad, cuyo comportamiento virtual gira radicalmente hacia lo transfinito teorizado por Georg Cantor y Quentin Meillassoux. Las tensiones de lo múltiple se muestran en una intensa apertura significativa, donde, a veces, el acto unificado de la percepción es puesto en duda, allí donde el desequilibrio, la repetición y la vibración óptica rebasan la subjetividad de un espacio y un tiempo meramete humanos. La artista parece decirnos que la reunión (Sammlung) que dota de sentido a lo que vemos es tan eventual como el instante vacío/pleno de nuestra coexistencia con las cosas.
Transvisible parece modificar la secuencia ordenada del tiempo para desviarnos hacia futuros solo existentes en un territorio aún impensado. En las obras de Lourdes Germain algunas raíces de ese lugar ya han abandonado la tierra para salir a un afuera sostenible, sin reducir las diferencias ni solidificar el ser en imágenes concluidas. Esperamos, junto a ellas, los desvelamientos cuidadosos (care) de la tecnología. Y es que la máquina, como lo humano, puede adquirir un modo poético, próximo e inocente de estar en el mundo, aprendiendo, en consonancia con los afectos pequeños, a respetar y a cuidar la nada.
Miguel F. Campón
Comisario
Lourdes Germain
Licenciada en Bellas Artes por la UCM. Profesora en la Escuela de Bellas Artes de Cáceres. Finalista en numerosos certámenes como Obra Abierta 2018, recibió el Primer Premio VII Bienal Iberoamericana de Obra Gráfica (2017), Accésit de la IV edición en 2011 y Premio Adquisición en el XVIII Certamen Artes Plásticas El Brocense en 2015. Su trabajo se ha mostrado tanto dentro como fuera de España, en espacios como Centro Hispanoamericano de La Habana [Cuba], Museo Vostell Malpartida, Asamblea de Extremadura, Sala de Arte El Brocense, Museo Luis de Morales, Castillos de Perelade y Servayrie de Aveyron [Francia], Galería Pelourinho de Óbidos [Portugal] o en el Instituto Cervantes de Lisboa.
Horario de visita de la exposición:
De Martes a Viernes, de 9,30 a 14,30 y de 16,00 a 20,00 horas
Sábados, de 10,00 a 14,30 y de 16,00 a 20,00 horas
Domingos, de 10,0 a 15,00 horas. Lunes cerrado.
«Con barro 2019»
Alumnos de Cerámica de la Escuela de Bellas Artes «Eulogio Blasco»
Del 20 de febrero al 10 de marzo
Continuando con la colaboración establecida el año pasado con nuestro Museo, la exposición «Con barro 2019» es una iniciativa que parte del Taller de Cerámica (turno de tarde) de la Escuela de Bellas Artes «Eulogio Blasco» de la Diputación Provincial de Cáceres.
La muestra reúne una selección de obras de los alumnos de cursos superiores, que realizan sus creaciones con la orientación de su profesora, Ana Martínez-Blay, y podrá visitarse en nuestro Salón de Actos hasta el 10 de marzo próximo.
Horario de visita: De Martes a Viernes, de 9,30 a 14,30 y de 16,00 a 20,00 horas. Sábados, de 10,00 a 14,30 y de 16,00 a 20,00 horas. Domingos, de 10,00 a 15,00 horas. Lunes cerrado.
Julián Gómez
Hacia el jardín
Del 5 de septiembre al 8 de diciembre
Desde sus inicios, Julián Gómez (Cáceres, 1966) no ha dejado de actuar como quien cultiva un jardín. Intervenciones como Jardín vertical, Green Pool o su serie dedicada a las Ventanas ya mostraban, desde el minimalismo, una profunda filiación paisajística. Pero en su actual exposición, titulada Hacia el Jardín, se introduce plenamente en formas y conceptos que toman lo natural como material poético. Su actitud, como la de muchos artistas sabios, es humilde, sencilla, terapéutica: escucha la espontaneidad de lo que nace para trazar el perímetro del mundo, desde una fragilidad siempre feliz.
Hacia el jardín es un proceso, un modo de estar en el mundo. Podemos imaginar a Julián Gómez habitando las páginas que Hölderlin escribiera en Hiperión: “su corazón se sentía en casa entre las flores, como si fuera una de ellas”, imaginarlo junto a las diversas floraciones de mylar que aparecen, en diferentes lugares del museo, cuidando su forma, su color, su tacto, su brillo, y darnos cuenta de que su belleza es, sobre todo, una belleza del cuidado.
El material, expuesto a los ciclos naturales, sugiere formas botánicas, pero también existencias abstractas venidas del espacio exterior, que están ante nosotros como una tirada de dados mágica, extraña, extravagante, y que necesitan la luz para abrir su apariencia refinada, un encantamiento que fluye en lo asimétrico. Podría decirse que Julián Gómez trabaja sobre el ideograma chino 王 (wang), que, según Mario Satz, conecta la tierra, el hombre y el cielo en un equilibrio inspirado, podando cuidadosamente el ser, como un armonioso ejercicio de ikebana, para dejar, en nosotros, nuevos espacios y tiempos por habitar.
Quien ama su jardín no solo cuida los lugares centrales. También los que permanecen semiocultos, aquellos en los que nadie repararía. Por eso, en una de las zonas del museo, Gómez ha convertido un estanque en desuso en una zona de agua donde reinterpreta el jardín seco japonés como un estallido de color. Piedras de alabastro y una superficie de hojarasca multicolor realizada con plástico nos recuerda a las figuras de Widmanstätten aparecidas en el meteorito Willamette, tal vez, como señala Roger Callois, «los únicos dibujos que el hombre conozca que no sean terrestres».
Por último, en la Casa de los Caballos, el artista continúa su paso atrás y su aligeramiento del ser. La sala de exposiciones se abre al exterior del jardín. La solidez metafísica se vacía. Decrece. Se calma. Poéticamente, la totalidad se retrae. Las formas de color flotantes en los metacrilatos anuncian un nacer de la levedad, una blancura que respeta el amor por los matices infinitos. La luz pasa entre las esculturas, se curva, se transforma, se impulsa, respira. El jardín está ahí, y sigue conservando su secreto inagotable. Si María Zambrano o Heidegger pasearan entre estas piezas, pensarían en el estado naciente, en el des-ocultamiento, en la presencia débil envuelta en una ausencia que también acontece. Pensarían en Julián Gómez como mensajero meditativo de un modo de vivir confiado, que ignora la velocidad y que se abre a la paciencia, a la lentitud, a la sabiduría del musgo, indicándonos, como Voltaire, el camino hacia una “jardinosofía” del bienestar tan necesaria para nosotros, la de cultivar nuestro propio jardín.
Texto: Miguel Fernández Campón. Comisario de la exposición
Museo de Cáceres
Plaza de las Veletas,1
10003,Cáceres
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