Esta sala muestra una representación de los inicios de la actividad metalúrgica: las edades del Cobre (III milenio a. C) y del Bronce (II milenio a. C.), en que se produce una complejización y mayor diferenciación social, y la Primera Edad del Hierro o Periodo Orientalizante (800-500 a. C), caracterizada por los primeros contactos con los asentamientos de navegantes fenicios y griegos en suelo peninsular (como por ejemplo Emporion, Ampurias, o Gadir, Cádiz).
Destacan algunos ejemplares de las denominadas estelas guijarro, vinculadas al Megalitismo y fechables entre el Neolítico y la Edad del Bronce, que proceden de Salvatierra de Santiago, Arrocerezo (Caminomorisco), El Cerezal (Nuñomoral) y Robledillo de Gata, así como la colección de estelas decoradas, también denominadas estelas de guerrero, que corresponden cronológicamente a los últimos momentos de la Edad del Bronce (siglos X-VIII a. C); su finalidad se ha venido relacionando con el ritual funerario, como parte de la sepultura o hito que recuerda el lugar en el que se celebró el ritual de incineración, pero su tercio inferior, casi siempre sin decoración, indica que podían hincarse en la tierra a modo de lápida, como indicadores de las rutas comerciales, ganaderas o como señalización del límite entre territorios.
Se pueden contemplar en dos vitrinas monográficas algunos conjuntos de orfebrería pertenecientes a las edades del Bronce (tesoro de Valdeobispo y torques de Monroy) y Primera Edad del Hierro (tesoro de Serradilla, placas de Villanueva de la Vera y piezas diversas halladas en el embalse de Valdecañas, en lo que fue Talavera la Vieja). Por último, son de reseñar cuatro piezas de bronce representando esfinges y cabezas de león de un lecho funerario fechado en el llamado Periodo Orientalizante, halladas en El Torrejón de Abajo (Sierra de Fuentes).