Las Carantoñas son figuras grotescas propias de una sociedad pastoril, como las que se encuentran por toda Europa vinculadas a esta forma de vida. Han sido identificadas como representaciones animales de carácter híbrido, de naturaleza antropo-zoomórfica que tratan de escenificar lo incontrolado y no domesticado, próximo a lo bestial y monstruoso. En Acehúche éstas son botargas del ciclo festivo de invierno, que salen durante la fiesta de San Sebastián, con la finalidad de asustar.

Los días 20 y 21 de enero en Acehúche se celebran las fiestas patronales en honor a San Sebastián, estas festividades se conocen popularmente como “las carantoñadas”. Etimológicamente el término carantoña ha sido asociado con el vocablo carátula (f. máscara para ocultar el rostro de algo)  derivada de la expresión en latín cara, que a su vez proviene del griego κάρα, utilizado para describir la cabeza o el semblante.

Las carantoñas de Acehúche son hombres vestidos con pieles de animales, generalmente en cumplimiento de una promesa hecha al santo, sin que se registren casos en los que se haya disfrazado una mujer (Cantero, et. al., 1986, 59). Registros de  la celebración en 1905 hablan de ocho carantoñas, cifra que se mantuvo durante buena parte del siglo XX. Sin embargo, en la actualidad el número de carantoñas se ha incrementado, registrándose cerca de la treintena en 2004 y alrededor de 50 en 2015. Actualmente existen pocas restricciones para “vestirse de carantoña” en la comunidad ya que según señalan los vecinos  “a partir de 16 años se puede vestir el que quiera, porque no le puedes decir a una persona que no se vista”.

Los personajes grotescos son una característica constante de las fiestas de invierno. Este tipo de representaciones animales son abundantes en la península ibérica dentro de las fiestas asociadas al carnaval, se caracterizan por llevar un disfraz de animal más o menos indefinido, normalmente hecho con pieles de cabra u oveja (Mellado, 2004, 286). Son figuras entre lo quimérico y lo animal, seres humanos convertidos cíclicamente en bestias imaginarias que suelen representar el mal genérico, impersonal, que afecta a toda la comunidad.